miércoles, 25 de abril de 2012

DEBERES DE UNA BUENA COCINERA.


Carácter e higiene.

Ha de ser paciente para sufrir las molestias de la cocina, amable para que sean bien servidos los platos que presenta. Activa y diligente para evitar exponerse a no tener preparada la comida para la hora indicada y finalmente, limpia en todas sus cosas.

Debe, además, cuidad de los utensillos de cocina y de servir la mesa, pues la falta de higiene es contraria a la salud y disgusta a los comensales, haciéndoles rechazar las comidas en que no preside la limpieza.

En lo que respecta a la cocina, la cocinera debe evitar dejar caer al suelo hojas de verdura, mondaduras de papas, etc, pues atraen la moscas y demás insectos que atentan contra la salud. Por otra parte, se corre el riesgo de pisarlas y resbalar. Es muy útil e higienico blanquear con cal, de vez en cuando la cocina y la despensa.

Repetimos que los utensillos de cocina y de servir la mesa deben ser cuidadosamente lavados y mantenidos siempre en el mayor orden posible, para evitar confusiones en el acto de ser utilizados.

El carbón o leña no debe colocarse muy cerca de las hornillas, para evitar un incendio, ni demasiado lejos, para tenerlos a mano cuando se necesiten.

Para evitar, pues es muy facil, que al destapar las ollas caigan sobre la comida ceniza, carboncitos y otras materias, no debe dejarse la tapa sobre la hornilla, sino sobre un plato, que en lugar adecuado se colocará a tal fin.

En conclusiòn, toda buena cocinera debe tener mucha ligereza, paciencia, disposición y destreza para llenar su cometido, es decir, tener todo preparado a su hora.


Extraido del libro "Recetario de cocina y licuado" del año 1965 por la profesora Haydeè Mabel de Aquila.

domingo, 22 de abril de 2012

Sabor meditativo.

Acerca tu consciencia al sabor.

Cuando estés comiendo, olvida todo lo demás; conviértete en tu lengua, tus glándulas gustativas. Vívelo en su totalidad. Saborea la comida lo mas intensamente posible, te llevarás una sorpresa. No una, sino muchas sorpresas.

Siempre que tengas tiempo presta atención a tus sentidos. Cuando comas, no mastiques unicamente, intenta aprender de nuevo el lenguaje olvidado de los sabores, toca el pan, siente su textura. Siente con los ojos abiertos, siente con los ojos cerrados.
Mientras mastiques, mastica agradecidamente, estas masticando vida, sería poco respetuoso no masticar bien, no saborear bien.

Te estas alimentando, te estas nutriendo.

Que sea como una oración, asi una nueva consciencia empezará a surgir dentro de ti.
Hagas lo que hagas, cosas sensillas, comer, andar, beber agua, tumbarte al sol, sea lo que sea, baja tu consciencia a los sentidos, sumérgete de lleno en ello, estate totalmente inmerso. Conviertete en tus sentidos, baja la mente a los sentidos, vuelve a ellos.

Todo niño nace con los sentidos en plenitud. Observa un niño. Cuando está entretenido con sus juguetes, está totalmente absorto. Cuando se pone a comer llega a ser solo lengua. Se convierte en el mismo sabor, ¡con qué gusto! que cantidad de energía! que estado meditativo tan poderoso y sin ningún esfuerzo.
Observa al niño y observate a ti. La distracción no está fuera de ti, está en tu interior. Si no eres capaz de aceptarla, te distraerás, si la aceptas, desaparecerá.
Observate, estás comiendo pero no estas ahí presente, no estás ahi en absoluto. Puede que estés en la oficina o puede que hayas ido a algún otro sitio a hacer mil cosas. Pero algo es cierto: que no estás en la mesa donde estas sentado, estás en algun otro lugar.

Come, pero hazlo meditativamente, silenciosamente presente.
Si estas hablando mientras comes perderás el gozo de comer, y cuando pierdes el gozo de comer, tu hambre de sabor sigue pidiendo más, entonces sigues comiendo y la ansiedad parece no tener fin.
Acerca tu consciencia al paladar. Si realmente saboreas, enseguida te quedas satisfecho, lleno. Enseguida el cuerpo te dirá ¡Basta! si estas atento serás capaz de escuchar cuando el cuerpo te dice basta. No necesitarás dieta, llegarás a ser consciente que no se puede comer mas de lo necesario.
La labor de meditar no es mas que esto: como llegar a estar totalmente presente en el presente. Asi todo es hermoso. Así caminar es meditación, cocinar es meditación, sentarse es meditación, hablar es meditación, escuchar es meditación, porque siempre es ahora.

Solo existe un momento: el Presente y el Ahora es el sabor de la eternidad.

Leido, reinterpretado y resumido del libro "El arte del té" de Osho.